Al limpiar tu grinder después de cada uso, aseguras que siempre funcione a la perfección y que la hierba se muela de manera uniforme. Simplemente, toma un cepillo de dientes y retira cuidadosamente cualquier residuo de hierba atrapado entre los dientes del grinder.
El alcohol isopropílico es tu mejor amigo. Este dejará tu grinder reluciente libre de restos de hierba y resina, proporcionándote una experiencia impecable en cada uso.